martes, 20 de junio de 2017

Visitando la Expo de Andy Warhol en Chile



Llego la obra artística de Andy Warhol a Chile y será la primera y la última vez, ya que no volverá a salir de la galería de artes desde Estados Unidos, con el objetivo de preservar su obra a las futuras generaciones, bueno, con esa idea fui a ver la obra a centro cultural la moneda que estará hasta octubre, la idea era conocer quien fue Andy Walhol y su obra, un icono del arte moderno que desarrollo con técnicas como la serigrafía, la fotografía, cine y sus dibujos entre otros.
 
Su proyecto “Muerte y desastre

Andy tubo una cercanía con la muerte cuando lo intentaron matar y su corazón se detuvo por unos instantes, muchas obras fueron marcadas por este tema, Andy compro una calavera humana que se retrataba con él, después de esa experiencia con la muerte su vida cambio, en una de sus obras retrata una silla eléctrica que grabo en 10 lienzos, con ello mostro cómo funcionan los medios de comunicación, que al mostrar una imagen muchas veces el horror que estas provocan “desaparece” en la gente.



Las obras de Andy son bien admiradas y no tan exclusivas y eso permite que cualquier persona pueda apreciar el arte de Andy Walhol y no ser solo para algunas personas exclusivas del mundo artístico e intelectual y ese fue el propósito de su obra, ser cercana para las personas y los futuros artistas, es el ejemplo de las cajas de Heinz. De estas cajas logro una obra de arte que puede ser vendido por miles de dólares y como también de lo cotidiano de un retrato de un personaje famoso, envases de productos como las sopas que tomaba todos los días cuando niño y hasta hacer copias de cajas imitando la producción masiva de los mismos productos invocando al principio de Andy de que…”El arte debe imitar a la vida y hacer cuestionar el valor intrínseco de un objeto artístico”…




















Una de las preguntas que hay en esta exposición sobre el arte moderno de Andy es… ¿Cómo es que ocurre la transformación mágica y milagrosa de un objeto cotidiano sin valor a una obra de arte?...

…si yo respondiera sin tanto rodeo, diría por que los colores de las obras llaman la atención y lo hace más llamativo a la atención de las personas, además de los personas famosas que retrataban y los hacia más humanos y cercanos…

…si respondiera un poco más elaborado, diría que, Andy fue sencillo en la búsqueda de su “foco creativo”, era usar lo que estaba simplemente a la mano, y darle un valor mayor, un pequeño toque que lo diferenciara de otro tipo de arte moderno que cuesta entender a simple vista por todos, donde el arte aparte de ser exclusivo, no era tan bien visto(obsceno entre otros calificativos).

Cual sería tu respuesta a la pregunta?...

Por marco Briceño

Terminando el Domingo con naturaleza



miércoles, 14 de junio de 2017

La ciencia descubre cómo los ciclistas crean lazos afectivos con sus bicis y otras noticias



Una investigación para la Universidad de Alberta (Canadá), ha encontrado que los ciclistas crean fuertes lazos emocionales con sus bicicletas.
Los vínculos emocionales cumplen un rol fundamental en el desarrollo de todo sujeto, ya que a diferencia de otros seres vivos, los seres humanos requerimos de un largo período de maduración, desarrollo y cuidado, antes de ser reconocidos como individuos capaces de valernos por nosotros mismos.

El establecer lazos afectivos nos permite sobrevivir, y guían el desarrollo del “Yo”, otorgándonos un sentido de unicidad, pero a la vez de pertenencia a un determinado grupo. Sin embargo, ¿será posible que esos vínculos o conexión afectiva se den con una bicicleta?

La respuesta es que sí. Y, Karly Coleman de la Universidad de Alberta, fue la investigadora que se dio a la tarea de desentrañar el por qué queremos de manera afectiva a nuestras bicicletas; y de entrada te puedo asegurar que no tiene nada que ver con el costo económico que ésta pudo tener. Es algo más sutil, pero mucho más profundo, que no tiene nada que ver con valor monetario, sino con el bienestar físico y mental que nos proporciona la bicicleta, además, de proveernos de un sentido de pertenencia a algo o a algún grupo, que es muy importante para nosotros ya que evolucionamos como seres sociables.

Coleman -que es la orgullosa poseedora de 15 bicicletas-, obtuvo su maestría en la Universidad de Alberta, con esta investigación, en ella, entrevisto a más de 28 ciclistas para evaluar cómo sus identidades están vinculadas a su bicicleta.

Así que no te sientas extraño por haber formado un vínculo afectivo con tu bici, porque, es cierto, no eres el único o única que le has puesto nombre a tu bici u otras muestras de afecto. Para muchos de nosotros, ese amor que le prodigas a tu bicicleta, es normal.

“Resulta que una bicicleta es algo más que una manera ecológica y saludable de moverse por la ciudad. Una bicicleta también puede ser tu amiga”, aseguró Coleman en una entrevista para el Toronto Metro.
“Debido a que un ciclista no está atrapado en su vehículo, prestan más atención a su entorno. Eso lleva a una apreciación aún mayor y sincera de su ciudad. Esos ciclistas conocen muy bien la ubicación de las paradas del transporte público, los baches, a sus vecinos y al perro de éstos”.
Andar en bicicleta les crea una visión verdadera y realmente fuerte del lugar en que se desenvuelven, fortaleciendo el vínculo con sus barrios o ciudades y ayudándolos a vivirlos de manera más eficiente”, dijo Coleman.
“Para un entrevistado, que provenía de Inglaterra, andar en bicicleta le proporcionaba una sensación de familiaridad que no podía encontrar navegando por la ciudad en su automóvil”.

Y de acuerdo con Coleman, “los coches proporcionan esa barrera que te impide conectar íntimamente o tan tangible con tu ambiente. Yendo en tu coche, es muy improbable que si ves a tu vecino, pararás en medio del tráfico para charlar con él; montando tu bicicleta sí.

Y como seres sociables que somos crear lazos nos ha hecho prosperar como especie y la bicicleta nos acerca más a establecer esos vínculos.
“Al montar en bicicleta experimentas recuerdos agradables del grupo de amigos con el que ruedas, al igual que si lo haces en solitario, porque te acerca a momentos agradables que se graban en tu mente. Es por eso que la gente queda devastada cuando les roban su bicicleta; no tanto por su valor, sino por todas esas vivencias agradables e incluso desagradables, pero que le dejaron una enseñanza que le ayuda a prosperar”, explica Coleman.

Todas las personas que Coleman entrevistó dijeron que experimentan un sentimiento de alegría cuando conducen su bicicleta, fortaleciendo el lazo afectivo con ella.

Y así como en la carrera evolutiva, esos vínculos afectivos nos llevaron a prosperar como especie, en la actualidad muchos de los usuarios de la bicicleta nos sentimos menos solos en la jungla de asfalto, gracias a nuestras bicicletas, favoreciendo la creación vínculos afectivos.

Actualmente Karly Coleman, está trabajando en un doctorado sobre la gestión de la infraestructura para bicicletas en las ciudades.

Por: Jesús Guevara

lunes, 5 de junio de 2017

Lo que faltaba en casa era esto, juntar todo en un mismo espacio, con frascos unicos, quedo super bien, una caja de tomates lijada y barnizada.


Los primeros 5 años de mi niñez…

 
 
Nací en la ciudad de Arica, Chile. Al poco tiempo de nacer murió mi papa y nos quedamos solos con mi vieja, mi vieja trabajaba de temporera en los valles de la región, en general no tengo malos recuerdos, vivíamos en una pieza arrendada, cuando ella salía a trabajar en el día me dejaba con candado, muchas veces me caía de la cama, mi vieja me compraba cosas para mantenerme contento, una tv en blanco y negro, una radio y juguetes.
 
En una navidad llego con un oso azul, una moto y un árbol de navidad, la moto aun la tengo.
 
 
 
En las tardes salíamos a comer completos, pasar a la iglesia a dejar unas monedas y andar en carritos por la avenida…


Los fines de semanas me llevaban a la playa donde chapuceaba con el agua calentita entre las rocas…

Me colocaban postes de mujeres desnudas, en otra pared postes de cristo y en otra pared postes de Pablito Ruiz...

 
Teníamos una perra llamada princesa...


Teníamos en la cama un cubre cama azul de alpaca que aún lo tenemos de recuerdo…


Cuando me tocaba baño me bañaba en el lavatorio del patio…


Como no tenía abuelita, tenía a la vecina que arrendaba al lado de mi pieza...


Cuando estaba en el jardín un día llego el viejito pascuero y todos los niños me decían que era mi mama, le di la mano y era ella, a la otra semana también paso un viejito pascuero pero esta vez no era ella...

 
 
Después de los 5 años viajamos a otra región donde vivo hasta el día de hoy esperando volver algún día…

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

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©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

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©Marco Briceño A

©Marco Briceño A

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