
Hace un mes que llevo trabajando en el 4° piso de un edificio y me doy cuenta que siempre a cierta hora me visita esta paloma, es tan curiosa, se pone a mirar hacia dentro, y yo la miro con cara de saber que seria ser una paloma, yo hay encerrado y ella afuera con su arrogancia mostrándome su libertad, jugando frente a mi ventana y yo muy serio sigo mi rol de adulto…
Relato y foto: Marco Briceño