jueves, 27 de julio de 2017

Sobre los altares religiosos

 
Muchas personas tienen un altar en sus casas, ese espacio especial espiritual y armónico, los católicos tienen a Jesús, a la virgen María, los budistas a buda o a uno de sus Miles de dioses, yo tengo un buda de color rojo donde le prendo una vela blanca y un incienso, la idea es meditar y relajarse del estrés del dia.
La semana pasada Vi a mi catrina que la tenía sola en una repisa, la busque mucho tiempo para tenerla y me fijé que no estaba como debía, también necesitaba su altar así que le hice uno para que se sintiera cómoda, ahora está lleno de colores y feliz.
 
¿Pero porque la catrina que representa a la muerte esta con muchos colores, debería ser negro su altar, triste y penoso?, pero los mexicanos ven la muerte de otra forma, en vez de llorar a sus muertos el primero de noviembre lo celebran como la mejor fiesta del año, Comiendo dulces, fuegos artificiales y vistiendo de colores sus trajes, pero no mostrando el miedo, lo terrorífico como lo hacen los yanquis, se celebra con mucho respeto, respeto a sus muertos, recordándolos con alegría.
 
Quien era catrina? Por Culturacolectiva.com
La Catrina como símbolo popular de la muerte (o uno de los símbolos dentro de toda la cosmovisión y cultura mexicana frente a la muerte) fue bautizada como tal por el muralista Diego Rivera (1886-1957), y aunque en sus obras encontramos representaciones de esta dama blanca elegante y delgada, no fue el primero en incluirla en su obra, ya que fue José Guadalupe Posada (1852-1913) el precursor de esta representación.

La historia de La Catrina empieza durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. En estos periodos, se empezaron a popularizar textos escritos por la clase media que criticaban tanto a la situación del país como de las clases privilegiadas. Los escritos, redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos se empezaron a reproducir en los periódicos llamados de combate.


Es por ello que sus calaveras, bautizadas en un principio y por él mismo como “La Calavera Garbancera” representan al pueblo, a su carácter desenfado y festivo, y a la situación de la época, aunque hoy se les asocie más al día de muertos. El garbancero era aquel que a pesar de tener sangre indígena pretendía ser europeo y renegar a su propia cultura; situación que el ilustrador condenaba. Por ello, su calavera con sombrero, sin nada más, representa al garbancero: al que pretende aparentar lo que no es.
Hoy en día, la catrina, siendo una invención popular, se ha vuelto un artefacto popular y ha salido de los límites del lienzo o el grabado para ser parte de la cultura viva mexicana, de sus usos y costumbres. Parte de "lo mexicano" y de su posición frente a la muerte. La observa, se la acerca, la hace parte de su entorno, de su arte y es una artesanía que simboliza el mestizaje. Se ha vuelto artesanía que resalta la riqueza formal y espiritual del país.
 

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©Marco Briceño A

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