Subímos al taxi a media noche, recorrimos las calles a oscuras, dimos
vueltas en una calle, luego en otra, esperamos el semáforo, miramos afuera, la
gente a oscuras, seguimos el camino, volvimos a doblar en una esquina, el cielo
oscuro, el pavimento húmedo, la luz dentro del taxi, seguimos avanzando,
doblamos en una esquina, paramos en un paso cebra, nadie cruzo, nos dimos
cuentas que no había chofer, el manubrio se movía solo, nos miramos, después
seguimos el camino, mirando hacia la calle, esperamos el verde del semáforo,
doblamos en la esquina, no hablábamos, la radio apagada, no habían mas autos,
seguimos avanzando, eran edificios altos, no había luz, íbamos a 30 km, nadie
hacia detener el taxi, no llegábamos, era tarde, de madrugada, queríamos bajar,
no escuchaban, doblamos en la esquina, seguimos en la oscuridad, 6 horas, el
semáforo no daba el verde, los pasos de cebra, el amanecer …
©Marco Briceño A.
©Marco Briceño A.
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