sábado, 14 de enero de 2023

Frases de Hermann Hesse para el lobo que llevas dentro

“Eres demasiado exigente y hambriento, el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más”.

–Hermann Hesse, “Lobo estepario”

 

Hesse, con personalidad de lobo, huraño, solitario, agresivo, desarraigado, escribe desde una profundidad que va del humano al animal. En el “Lobo estepario”, animal poderoso y cautivador, tan territorial y dominante como hogareño, maestro del camuflaje, Hesse encontró un recurso para hablar de la condición humana. El lobo es un animal solitario mediante el que se nos muestra la encrucijada que habita en nuestro interior: animal y humano, instinto y razón, que atraviesan nuestro ser. Somos dominados por uno u otro según la ocasión.

La condición humana que retrata Hesse en el lobo estepario es la de una profunda crisis espiritual. Hemos dejado de creer en nuestra civilización, las instituciones, reglas y juicios modernos amenazan con destruirnos. Nuestro lobo interno nace, resurge de ese sentimiento de aislamiento defensivo, de esa indigencia de nuestro espíritu, de ese sentimiento de estar perdidos en nuestro propio mundo. Aborda al espíritu por la necesidad de recuperar nuestra humanidad perdida, adolorida, solitaria, desesperanzada, en búsqueda de “aprender a bailar, para aprender a reír, para aprender a vivir”.


Ahondar en los estados de nuestra animalidad, de los efectos deshumanizadores de una sociedad que propicia el aislamiento. Hesse propicia un viaje a lo más profundo de nuestra animalidad y nuestro instinto, que nos devuelve nuestro lado más humano. Estas frases animales permiten mirar dentro de nosotros para sacar nuestro lado salvaje, que no es necesariamente el peor ni el más primitivo, sino el instinto que nos puede sacar a flote.

Vayamos a explorar los rincones más oscuros de nuestra propia animalidad y descubramos cómo es ese lobo que cargamos todos dentro. Quizá Hesse nos dé respuestas a nuestras interrogantes y tal vez, nos llevemos una sorpresa al mirar dentro de nosotros mismos.


¿Estamos completos sin nuestro instinto interno?

“Sin el animal que habita dentro de nosotros, somos ángeles castrados”.

 

¿Somos hombres, animales o ambos?

“Bidivisión en lobo y hombre, en instinto y espíritu, (…) es una simplificación muy grosera, una violencia ejercida sobre la realidad en beneficio de una explicación plausible, pero equivocada”.


Nuestro lobo interno ¿está siempre está al acecho?

“A nuestro lobo estepario ocurría, como a todos los seres mixtos, que, en cuanto a su sentimiento, vivía naturalmente unas veces como lobo, otras como hombre; pero que cuando era lobo, el hombre en su interior estaba siempre en acecho, observando, enjuiciando y criticando, y en las épocas en que era hombre, hacía el lobo otro tanto”.

 

¿Qué tan animal es nuestro deseo sexual?

“Vemos cómo siente dentro de sí fuertes estímulos, tanto hacia la santidad como hacia el libertinaje, pero a causa de alguna debilitación o pereza no pudo dar el salto en el insondable espacio vacío”.


¿Qué tanto nuestro lobo nos aisla de otros y de vida?

“El lobo estepario estaba, según su propia apreciación, completamente fuera del mundo burgués, ya que no conocía ni vida familiar ni ambiciones sociales. Se sentía en absoluto como individualidad aislada, ya como ser extraño y enfermizo anacoreta, ya como hipernormal, como un individuo de disposiciones geniales y elevado sobre las pequeñas normas de la vida corriente”.

 

¿Será nuestra vida moderna una absurda ficción para nuestro ser animal?

“Trotar solitario por las estepas, beber a ratos sangre o cazar una loba, y desde el punto de vista del lobo toda acción humana tenía entonces que resultar horriblemente cómica y absurda, estúpida y vana”.


¿Qué tan opuesta es nuestra razón de nuestro instinto?

“De pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad”.

 

¿Por qué nuestro lobo nos hace a veces tan solitarios y desgraciados?

“Era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño, no veían nunca en él más que uno de los dos lados”.



¿Será nuestra independencia una condena o una deleitante soledad?

“Soledad era independencia, yo me la había deseado y la había conseguido al cabo de largos años. Era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en el que se mueven las estrellas”.

 

¿Cómo es que ese lobo interno es fiereza y debilidad, fuerza y tristeza al mismo tiempo?

“Al lobo estepario, un lobo hermoso y farruco, pero con una mirada descarriada y temerosa, con los ojos brillantes, a ratos fiero y a ratos triste, (…) Triste, triste me miraba el lobo deshecho, a medio conformar, con sus tímidos ojos hermosos”.

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©Marco Briceño A

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